Este tema me ha puesto a pensar en los últimos meses, realmente debo confesar que he tratado de vivir con cuidado, dando valor a las cosas importantes, bueno, eso creía yo, porque la verdad es que los trabajos, el trajín y las presiones eran parte vital en mí, me sentía bien cargada de compromisos. Sin embargo de un tiempo para acá he podido comprender lo equivocada que estaba, pues por ese pensar me olvidé de VIVIR.
Mis queridos lectores, les cuento
que luego de mi viaje por España, muchas cosas han cambiado. El poder estar por
unos días en otra cultura me dio paso a analizar mi accionar y el de mucha
gente de mi alrededor. Pues para nadie es secreto lo acelerado del tiempo, lo
rápido que estamos viviendo.
En este orden, quise evaluar
entre lo que hago y lo que en verdad tiene sentido. Es cierto que debemos
trabajar y pensar en nuestro futuro, pero eso no implica el que no nos
dediquemos tiempo a consentirnos, a compartir con los amigos, a escaparnos un
rato de la rutina del día a día.
El europeo trabaja mucho, sí,
pero se enfocan en producir y por eso tienen menos tiempo en oficinas y más
para compartir, mientras nosotros nos pasamos 8 horas a veces barajando y poco
para interactuar con los demás fuera de horario laboral.
En otro orden, me di cuenta que
el europeo, en su gran mayoría no tiene vehículos de lujos, ni se preocupa por
la apariencia, se ponen el atuendo con el que se sienten bien, súper relajados,
cómodos. Nosotros en cambio, somos lo contrario, nos empeñamos en tener el
mejor auto, la mejor casa y vestir la ropa de marca, en resumen entendí que
ellos viven para ellos, nosotros para competir con los demás.
Es por esto que hago un llamado a
la reflexión, crees que estás haciendo lo correcto con tu vida? Cuántas veces
en este año, o quizás en el mes anterior te dedicaste un tiempo para ti?, saca
tus propias conclusiones y en base a eso analiza tu situación.
En verdad, estamos viviendo en
una etapa donde queremos de todo y hacer de todo, el día, las horas, se nos
pasan a veces sin darnos cuenta, y al final de la jornada lo único que queremos
es llegar a la casa, bañarnos, cenar y dormir… Ese es el hábito que hemos
adoptado.
Estamos muy acelerados, y lo
único que decimos es “que rápido se va el tiempo”, pero en realidad, ese tiempo
es el mismo de siempre, los que estamos avanzando somos nosotros, y no me
refiero a avance de progreso, sino a cargas, preocupaciones, compromisos,
ajetreo.
En la actualidad a los humanos
nos está moviendo lo económico, el poseer riquezas, y esto nos ha llevado a
perder calidad de vida. Ya no queremos salir, ya no queremos gastar, ya no
queremos visitar, ya no queremos tener una buena conversación.
A esto es que debemos avocarnos,
a concluir en que la vida sigue su curso y en nosotros descansa la
responsabilidad de disfrutarla, porque el día menos esperado se nos puede
escapar y no tendremos el chance de pedir una prórroga para quedarnos en el
ambiente terrenal.
Entonces, viendo esta situación,
llegó el momento de que despiertes, y así como haces un presupuesto de gastos,
incluyas el de tu esparcimiento y disfrute personal. Que así como piensas en
otros (me refiero a tus hijos o familia), también debes pensar en ese momento
para ti, porque como ser humano necesitas estar bien contigo mismo, el cuerpo y
la mente también lo requieren para seguir produciendo.
No eres una máquina, eres un
simple mortal, y quizás lo que hoy dejas para mañana, nunca llegará a ser.
DISFRUTA TU HOY… Planifica unas
vacaciones, planifica una buena cena, no pienses en tener un carro de lujo o
una suntuosa casa, enfócate en tener lo que cubra tu necesidad de acuerdo a tus
posibilidades.
CALIDAD DE VIDA es lo que
necesitamos en el mundo actual.
Por: Grecheen Acosta
(Texto publicado en la columna INTROSPECCION, del periódico La Vega News)
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