Justamente estamos en el mes que es
dedicado a la familia, definida por muchos como la ¨base de la sociedad¨, y
aprovecho esta oportunidad para referirme a este tema, porque realmente llama
nuestra atención lo que está sucediendo en nuestro alrededor, los desastres y
destrucción humana es de preocuparse.
Se ha perdido el rumbo, la noción
del tiempo y esto nos ha llevado a perder la sensibilidad por los demás, y más
que todo el respeto a la vida misma.
No somos ajenos a los incontables
casos que a diario nos bombardean, noticias espeluznantes, de esas que quizás
ni imaginamos que puedan suceder entre seres humanos.
Muchas personas incluso se atreven
a decir que se están viviendo las finales del mundo y mencionan pasajes bíblicos,
y hasta un punto uno termina dudando, porque la verdad que la situación es
alarmante. Cuando ya se ve como prácticamente normal el hecho que un padre
viole o mate a sus hijos, o a su madre; hijos asesinando sus padres y hasta
familias completas. Se está quitando la vida a otro hasta por respirar,
entonces crees que es algo que podemos dejar pasar?
Quiérase o no, y con esto en ningún
momento quiero culpar a la familia, debemos revisarnos, porque la pérdida de
valores va muy de la mano con la educación de hogar. Tenemos que llegar al
punto de entender que con los cambios de los tiempos también nosotros estamos
descuidando otros aspectos que son esenciales para la crianza de los hijos.
En esta época, los padres se la
pasan trabajando, por lo que los hijos los tienen el día entero en un colegio y
en las tardes sala de tarea o actividad recreativa, y ya cuando llega la noche,
nadie tiene ese momento para el otro, para hablar, compartir. Estamos viviendo
muy agitados, en contra reloj cada instante.
Visto todo lo planteado, has
pensado en lo que estás haciendo por darle una mejor vida a los tuyos?, estás
aportando al crecimiento moral de tus descendientes?, qué tanto tiempo dedicas
a tu familia?, sabes o te has interesado en lo que quieren y le gusta a tus
hijos o pareja?
Todas esas cuestionantes y otras
son interesantes planteárnoslas porque la respuesta de seguro nos llevará a
hacer una introspección profunda arrojándonos unos resultados que casi segura
estoy serían deprimentes.
La verdad que tenemos problemas
serios y eso, aunque no lo crean, se reproduce en la sociedad. La
descomposición social que nos arropa es el producto de lo que nosotros mismos
estamos haciendo en nuestro nicho, es una realidad latente y hasta que no
hagamos conciencia esto no va a parar y seguirá en crecimiento, hasta un punto
que será incontrolable.
Se hace necesario que reevaluemos
nuestro actuar, y reenfoquemos el estilo de educar… Acercarnos a Dios es lo
primero y luego fomentar los valores familiares para que estos se multipliquen
en la sociedad. La comunicación es vital para el entendimiento y debe formar
parte de los elementos que conforman la zapata en la construcción de las
relaciones dentro del hogar.
Insisto, el cambio empieza solo por
nosotros mismos, nadie nos puede cambiar, porque eso es una decisión muy
personal.
Aprovechemos este mes de la
familia, para abrazar la unión, el respeto y el rescate de los valores individuales.
La autora es Grecheen Acosta, publicado en la columna Introspección del periódico La Vega News.