El 29 de octubre del 2016, estuve
leyendo una publicación mexicana, redactada por Elías Camhaji en el periódico El
País, que llamó mucho mi atención por el título que guardaba “Y usted, ¿Qué metería
en la maleta antes de morir?. Definitivamente eso despertó mi curiosidad,
porque es difícil uno pensar que podría llevarse algo a la hora de nuestra
muerte, más cuando estamos acostumbrados a decir que nos vamos sin nada, polvo
somos y en polvo nos convertiremos. El titular me cautivó y no pude dejar de
indagar y adentrarme en la lectura del escrito, sin lugar a dudas, esto nos
pone a pensar en nuestra partida terrenal, quiérase o no.
Pues bien, se trata de la exposición
“Hacia
el más allá y de regreso”, del tanatólogo alemán Fritz Roth, cuya
muestra se inauguraba en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México. Esta
presenta 100 valijas, intervenidas por 50 alemanes y 50 mexicanos de todas las
edades, sexos, credos y clases sociales, bajo la premisa “Y usted, que metería en su
maleta para el último viaje, antes de morir?. Según David Roth, hijo
del artista fallecido, su padre tomó 10 años en prepararla, estrenándose en
2007. Con esta obra el autor quiso explorar como los seres humanos quieren ser
recordados.
Muchos se sorprendieron en
principio, se rieron otros, sin embargo estoy segura de que todos se detuvieron
a analizar. Aquí dejo algunas de las respuestas recibidas.
Simón Rivera
“Solo un esqueleto putrefacto que
espera un día resucitar en Cristo”.
Omayra Calderón
“Entraría en la maleta
agradecimiento a Dios y a mis seres queridos por el tiempo prestado aquí”.
Julio Quebedo
“Todos mis recuerdos”.
Alain Rodriguez
“Todo el que me quiere”
Luis Rojas
“Mi equipaje no sería pesado,
solo llevaría algunos momentos felices, me iría bien ligerito. Demasiado me ha
tocado cargar en mi vida”.
José Luis Ferreira
“Todo lo que quise hacer y no
hice”.
Milagros Trejo
“Yo todos los momentos buenos que
viví, dejaría los malos momentos que pase a causa de algún problema o de
algunas personas. Bien ligera, solo momentos felices”.
Anabel Iglesias
“No se rían pero… si la estadía
de la muerte fuese como un centro de terapia, llevaría una memoria madre de
todas mis vivencias, en donde yo pudiera analizar mi vida pasada (así como
verla por video 4D y todo, como si fuese la vida real), ver los momentos buenos
y malos, por si me dan otra vida por lo menos hacer mejor las cosas. Ahh, y
quiero conexión wireless angelístico para mandarle los números de la loto a mis
familiares y compañeros”.
Vanessa Tavarez
“Yo me llevaría la sensación que
he tenido en cada momento de alegría, de crecimiento, de paz, la sensación de
si, ya lo aprendí, y la sensación de fortaleza y evolución que han dejado las
pruebas que me han tocado vivir, pero lo que más trataría de llevar es esa
sensación maravillosa e inexplicable que se siente cuando se es madre (solo el
sentimiento, mi grilla la quiero aquí sana y salva)”.
Orlando de la Cruz
“No me llevaría nada”.
Nereyda Hernández
“Pues nada, porque así como
venimos al mundo nos tenemos que ir…!! Aunque hay muchas personas que creen que
todo lo que tienen se lo pueden llevar, no sabiendo que al final todos somos
iguales, nada nos llevaremos!”.
Aníbal Fabre
“Nada porque voy a dormir, aunque
entre algo a la maleta cuando duerma te desconectas del cuerpo y solo está en
un sueño profundo que nadie puede explicar ni la ciencia, pues por consiguiente
no te llevas nada”.
Andrés Peña
“Entraría amor, paz, comprensión,
solidaridad, humildad, todos mis buenos actos, hacer lo que Dios manda, en fin
una vida donde quede lo mejor de mí porque entiendo que la maleta viene siendo
la vida día a día, o sea uno mismo y así dejaríamos la maleta llena de nuestros
mejores ejemplos porque la muerte no dice cuando llega por eso es que hay que
preparar la maleta antes de morir, o sea tu vida día a día”.
Rodolfo Garcia
“Antes de morir entraría en mi
maleta todos mis recuerdos, ya sean buenos o malos. Esto haría perdurar en mí
todo el amor y buenos deseos que tuve para conmigo y mis relacionados. Quisiera
llevarme a mi madre/padre conmigo, pero es mejor que se queden y continúen
haciendo su vida y obra juntos aquí en el mundo. Con lo que me llevaría (mis
recuerdos), ellos serían los primeros y más gratos”.
Tana Concepción
“Mi alma”
Zuleyka Cruz
“Pienso que al salir de viaje
siempre llenamos el equipaje con cosas útiles e importantes, por eso me llevaría
los momentos dulces y agradables, el sentimiento inexplicable que sentí al ver nacer cada uno
de mis hijos, la alegría compartida con todos mis seres queridos, la esperanza
de que las cosas en el mundo mejorarán con el pasar del tiempo”.
Como podemos ver, a pesar de las
dudas, cada quien tiene su propio sentir con respecto a este tema. Unos llevan
sentimientos, deseos y anhelos, y otros en cambio prefieren irse sin nada. Este
ejercicio resulta interesante porque lo más seguro que tenemos los seres vivos
es la muerte, que llega sin previo aviso, paradójicamente no pensamos en ella,
ni nos preparamos para la misma.
“Particularmente, quiero llevar
en mi maleta todas las acciones de bien que pude realizar en favor de los demás.
Las sonrisas que causé y las trasformaciones de vida que pude lograr. Al final
del camino, lo que tiene valía es lo que siembras para una mejor sociedad. Por supuesto,
el mayor tesoro que cargaría conmigo es mi TEMOR A DIOS, mi fe en Cristo Jesús
y el arrepentimiento por lo que quizás no hice correctamente, con la esperanza
de alcanzar su perdón”. GA
Y tú, que llevarías en la maleta?...
En estos momentos es tiempo de acercarnos a Dios, hacer una introspección y
reencuadrarnos para vivir sabiendo que tenemos un fin, que cada día cuenta…
cada palabra, cada gesto, cada acción tiene su valor. No hay regreso al ayer, LA
VIDA ES HOY!
Grecheen Acosta
Abril 11/2017
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