martes, 11 de abril de 2017

A propósito de Semana Santa… Has pensado qué llevarías en la maleta al morir?



El 29 de octubre del 2016, estuve leyendo una publicación mexicana, redactada por Elías Camhaji en el periódico El País, que llamó mucho mi atención por el título que guardaba “Y usted, ¿Qué metería en la maleta antes de morir?. Definitivamente eso despertó mi curiosidad, porque es difícil uno pensar que podría llevarse algo a la hora de nuestra muerte, más cuando estamos acostumbrados a decir que nos vamos sin nada, polvo somos y en polvo nos convertiremos. El titular me cautivó y no pude dejar de indagar y adentrarme en la lectura del escrito, sin lugar a dudas, esto nos pone a pensar en nuestra partida terrenal, quiérase o no.

Pues bien, se trata de la exposición “Hacia el más allá y de regreso”, del tanatólogo alemán Fritz Roth, cuya muestra se inauguraba en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México. Esta presenta 100 valijas, intervenidas por 50 alemanes y 50 mexicanos de todas las edades, sexos, credos y clases sociales, bajo la premisa “Y usted, que metería en su maleta para el último viaje, antes de morir?. Según David Roth, hijo del artista fallecido, su padre tomó 10 años en prepararla, estrenándose en 2007. Con esta obra el autor quiso explorar como los seres humanos quieren ser recordados. 



Realmente, nos llama a analizar cómo queremos quedar ante nuestra familia y la sociedad cuando ya no estemos físicamente. Aunque en un principio fue chocante para mí, esto me motivó a reflexionar lo que estoy haciendo con mi vida y lo que quiero llevarme conmigo. Pero no solo me quedé en lo particular y personal. Como me causó tal impresión, quise experimentar preguntando a otros que llevarían en la maleta al morir.

Muchos se sorprendieron en principio, se rieron otros, sin embargo estoy segura de que todos se detuvieron a analizar. Aquí dejo algunas de las respuestas recibidas.

Simón Rivera
“Solo un esqueleto putrefacto que espera un día resucitar en Cristo”.

Omayra Calderón
“Entraría en la maleta agradecimiento a Dios y a mis seres queridos por el tiempo prestado aquí”.

Julio Quebedo
“Todos mis recuerdos”.

Alain Rodriguez
“Todo el que me quiere”

Luis Rojas
“Mi equipaje no sería pesado, solo llevaría algunos momentos felices, me iría bien ligerito. Demasiado me ha tocado cargar en mi vida”.

José Luis Ferreira
“Todo lo que quise hacer y no hice”.

Milagros Trejo
“Yo todos los momentos buenos que viví, dejaría los malos momentos que pase a causa de algún problema o de algunas personas. Bien ligera, solo momentos felices”.

Anabel Iglesias
“No se rían pero… si la estadía de la muerte fuese como un centro de terapia, llevaría una memoria madre de todas mis vivencias, en donde yo pudiera analizar mi vida pasada (así como verla por video 4D y todo, como si fuese la vida real), ver los momentos buenos y malos, por si me dan otra vida por lo menos hacer mejor las cosas. Ahh, y quiero conexión wireless angelístico para mandarle los números de la loto a mis familiares y compañeros”.

Vanessa Tavarez
“Yo me llevaría la sensación que he tenido en cada momento de alegría, de crecimiento, de paz, la sensación de si, ya lo aprendí, y la sensación de fortaleza y evolución que han dejado las pruebas que me han tocado vivir, pero lo que más trataría de llevar es esa sensación maravillosa e inexplicable que se siente cuando se es madre (solo el sentimiento, mi grilla la quiero aquí sana y salva)”.

Orlando de la Cruz
“No  me llevaría nada”.

Nereyda Hernández
“Pues nada, porque así como venimos al mundo nos tenemos que ir…!! Aunque hay muchas personas que creen que todo lo que tienen se lo pueden llevar, no sabiendo que al final todos somos iguales, nada nos llevaremos!”.

 Aníbal Fabre
“Nada porque voy a dormir, aunque entre algo a la maleta cuando duerma te desconectas del cuerpo y solo está en un sueño profundo que nadie puede explicar ni la ciencia, pues por consiguiente no te llevas nada”.

Andrés Peña
“Entraría amor, paz, comprensión, solidaridad, humildad, todos mis buenos actos, hacer lo que Dios manda, en fin una vida donde quede lo mejor de mí porque entiendo que la maleta viene siendo la vida día a día, o sea uno mismo y así dejaríamos la maleta llena de nuestros mejores ejemplos porque la muerte no dice cuando llega por eso es que hay que preparar la maleta antes de morir, o sea tu vida día a día”.

Rodolfo Garcia
“Antes de morir entraría en mi maleta todos mis recuerdos, ya sean buenos o malos. Esto haría perdurar en mí todo el amor y buenos deseos que tuve para conmigo y mis relacionados. Quisiera llevarme a mi madre/padre conmigo, pero es mejor que se queden y continúen haciendo su vida y obra juntos aquí en el mundo. Con lo que me llevaría (mis recuerdos), ellos serían los primeros y más gratos”.

Tana Concepción
“Mi alma”

Zuleyka Cruz
“Pienso que al salir de viaje siempre llenamos el equipaje con cosas útiles e importantes, por eso me llevaría los momentos dulces y agradables, el sentimiento  inexplicable que sentí al ver nacer cada uno de mis hijos, la alegría compartida con todos mis seres queridos, la esperanza de que las cosas en el mundo mejorarán con el pasar del tiempo”.

Como podemos ver, a pesar de las dudas, cada quien tiene su propio sentir con respecto a este tema. Unos llevan sentimientos, deseos y anhelos, y otros en cambio prefieren irse sin nada. Este ejercicio resulta interesante porque lo más seguro que tenemos los seres vivos es la muerte, que llega sin previo aviso, paradójicamente no pensamos en ella, ni nos preparamos para la misma.



“Particularmente, quiero llevar en mi maleta todas las acciones de bien que pude realizar en favor de los demás. Las sonrisas que causé y las trasformaciones de vida que pude lograr. Al final del camino, lo que tiene valía es lo que siembras para una mejor sociedad. Por supuesto, el mayor tesoro que cargaría conmigo es mi TEMOR A DIOS, mi fe en Cristo Jesús y el arrepentimiento por lo que quizás no hice correctamente, con la esperanza de alcanzar su perdón”. GA

Y tú, que llevarías en la maleta?... En estos momentos es tiempo de acercarnos a Dios, hacer una introspección y reencuadrarnos para vivir sabiendo que tenemos un fin, que cada día cuenta… cada palabra, cada gesto, cada acción tiene su valor. No hay regreso al ayer, LA VIDA ES HOY!

Grecheen Acosta
Abril 11/2017

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