Hola!!!
Mis queridos y fieles lectores,
hoy en que estamos en casa disfrutando de la lluvia y el calor de nuestra cama,
me da por compartir con ustedes. Si, se que hace mucho no lo hago, que me
pierdo, que los pongo a esperar, pero ya saben así soy, mas nunca me alejo del
escribir… Para mí lo más apasionante, mi refugio, las letras, el papel y mi PC…
Así que desde mi rincón especial,
mi habitación, hoy quiero hablar de algo en particular, por lo general cuando
cae la lluvia nuestros sentimientos se encuentran, los recuerdos nos invaden,
risas que afloran en nuestros labios y lágrimas que emanan de nuestros ojos.
Si, se que tu también lo sientes, que estás de acuerdo con lo que digo, con lo
que escribo…
Llega la melancolía y se apodera
de nuestro ser, aun intentemos evadirla, ella se anida y controla nuestro
interior llevándonos a los mas recónditos lugares, haciéndonos vibrar con pasión.
Los más bellos momentos llegan de repente a nuestra mente y nos pasamos las
horas pensando en lo que fue, lo que pudo ser y lo que no es. Esos instantes
captados en nuestro interior y que a veces creemos olvidar, pero que la melancolía
nos lo trae para demostrarnos que son parte de nuestra vida.
Dentro de mis tristezas y alegrías
de hoy, me dispuse a buscar en mi diccionario de la Real Academia y ahí encontré
que la melancolía es la tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente. Quizás tenía
otra idea, pero eso es dolor, porque al fin y al cabo la tristeza es dolor.
Hoy me acompaña la melancolía, me
visitan los recuerdos que vienen de mi pasado, de mi historial de vida. De
todos esos momentos que disfruté con grandes personas. Muchos que ya no están,
otros que dejaron de formar parte de mi camino y aquellos (los más dolorosos)
los que están pero no, es decir, esos que un día son tuyos y al otro no.
A veces entiendo a aquellos que
cometen el error de acabar con su vida, esos que ponen fin por cuestiones
pasionales, personales, económicas. A ellos les faltó el valor, pero sobretodo
le faltó hablar con Dios.
Hay momentos difíciles, Si, yo lo
puedo decir… Esos en que crees que el mundo se te acaba y la vida deja de tener
sentido. Sientes que se derrumba todo lo que has construido, que llegó el
momento de terminar y parar de sufrir. Justo cuando intentas algo, llega esa
luz que te ilumina y te abre los caminos. El que nunca falla, el amigo fiel…
Dios.
Hoy, en medio de mis locuras y
mis recuerdos, quiero invitarte a buscar y creer en Jesús y su palabra. Solo el
nos da la fortaleza para sobrevivir en medio de las turbulencias. El dolor es difícil
pero se puede sobrellevar. Nunca permitas que otros te dominen, se libre e independiente.
No entregues todo lo que eres a quien nunca sabrá agradecerte y valorarte.
En el trayecto de la vida hay
subidas y bajadas, procura aprender de cada experiencia y solo así disfrutarás
el viaje. Todo depende de tus decisiones… No mendigues la atención de otro, ni
mucho menos el amor. Valórate, respétate y amate, solo tú puedes hacerlo como
te mereces, cuando eso suceda los demás lo harán.
Soy humana, así como rio, lloro… Así
como triunfo, fracaso… como aprendo, cometo errores. Aun me invada la melancolía,
no doy cabida a las destrucciones, mucho menos al odio y el rencor. Aprendí que
el perdón limpia el alma y que todo sucede por alguna razón. Aunque a veces la
tristeza nos impida ver la realidad, siempre habrá un mañana que nos brindará
oportunidades mejores que ayer.
Ves?, solo quería hablarte mi
querido amigo, se que tu también estas pensando lo mismo. Quizás no me lo
digas, no lo escribas, pero estoy segura que tus pensamientos se conectaron a
los míos… Qué bueno!!!, que puedo, desde mi soledad, conectarme contigo y
hablarte.
Que llegó la melancolía?... Pues bienvenida!!...,
gracias por permitirme retroceder y recuperar los recuerdos que a veces suelen
desaparecer.
FRASE DEL DIA: La melancolía puede
ser una gran amiga