Con la culminación de un año,
también se cierran etapas, se concluyen procesos y se cumplen metas trazadas.
Qué bueno es poder tener la oportunidad de ver finalizar doce meses, celebrar
al final el nacimiento del niño Jesús y con él la renovación de nuestra Fe.
Esas celebraciones nos unen, nos acercan a la familia, a los amigos… Si, te has
dado cuenta que Dios nos puso a despedir en grande?, la alegría se apodera de
diciembre, los rostros se llenan de felicidad, hay muchos encuentros,
celebraciones, eso no es fortuito ni casualidad… Es que hay muchos motivos para
festejar!
Si hacemos balance de todo lo que
hicimos, lo que logramos y lo que no… Aquello que nos hizo más fuertes, más
humanos… esos detalles que nos sensibilizaron. Los aportes que realizamos en favor
de los demás, de la sociedad. Los avances en el trabajo, la integración
familiar. Definitivamente, cada año que
vemos cerrar, es motivo de alegría, pues siempre hay algo que nos marcó, algo
que emprendimos, algo que soñamos… algo nuevo para contar.
Al finalizar, es propicia la
ocasión para dar gracias a Dios por todo eso que nos hizo feliz y lo que nos
hizo crecer. Por dejarnos vivir este momento al lado de nuestros seres
queridos, por regalarnos la vida y su amor.
Por supuesto, si el cierre de un año es motivo de felicidad, la llegada de uno nuevo es mucho más, por qué? Simple, nos invita a creer, a tener esperanzas, a soñar, plantearnos objetivos y diseñar las estrategias para alcanzarlos.
Es un privilegio estar para
recibir un nuevo comienzo. Es importante estar preparados para aprovechar al
máximo y superar lo que traemos del viejo. Es un camino que no conocemos, un
trayecto que iremos marcando con nuestros pasos.
Por tanto mis queridos lectores,
con la misma energía que despedimos el 2018, recibamos el 2019. Poner emoción y
pasión, creer que podemos vencer, que podemos ir por mas, que no hay obstáculos
más fuertes que nuestra intención.
Pongamos las reglas claras,
pensemos en aquello que queremos, enfocarnos desde el principio nos facilita el
camino. Por tanto a continuación te dejo algún consejo que en lo particular a
mí me funciona y siempre lo hago.
Antes del 31, escribe en una hoja
(en todas las que sean necesario), todo aquello que creas sucedió importante
en tu vida, todo. Hasta las cosas que veas como negativas dejaron su enseñanza,
no dejes de colocarlas. Al final, ese será tu balance, segura estoy que te
darás cuenta que tuviste un súper año, y que lo sobrellevaste muy bien. Cuando
tengas esta lista analizada y bien digerida, la quemas, como señal de que ya
esa etapa está superada.
El día 1 de enero has tu lista de
metas o planes para el 2019… Escribe todo lo que quieres alcanzar, pero que
sean reales, porque a veces queremos poner cosas que sabemos que son a largo
plazo, tienen que ser alcanzables a un año, aunque sea solo 1, pero escríbelo.
Mas debajo haces tú línea de acción, cómo lo vas a conseguir y qué necesitas
hacer (por ejemplo si en tus metas está ahorrar, debes poner en tu accionar que
porcentaje de tus ingresos mensual o quincenal vas a destinar a esto).
Cuando tengas tu cuadro terminado, lo
pones bien bonito y lo colocas en un lugar visible, que lo puedas ver
todos los días, eso te lo va a recordar.
Les aseguro que funciona, pero
con disposición y fuerza de voluntad. Hace falta enfoque y compromiso, al final
solo piensa que es algo para ti, que estás haciendo por ti… Porque sabes qué? A
veces nos la pasamos pensando y ayudando a otro, hasta aconsejando, pero no
pensamos en nosotros. Entonces es tiempo de hacerlo, este 2019 es tuyo, apodérate
de el!
Agradezco a todos por dar
seguimiento constante, en cada edición, a esta columna que ya es parte de sus
habituales lecturas. Gracias por retroalimentarme, por hacerme llegar sus
comentarios. La verdad que es un honor tenerles dentro de mi grupo de lectores.
Recibamos con alegría este 2019, que se, será un
año de mucha bendición!Grecheen Acosta
Publicado en la ultima edición del 2018 del periódico La Vega News, columna Introspección